Historia

GADPR-S

Historia

Fundación 30 de julio de 1991, fecha de creación de la parroquia Sevilla

A partir de 1957

La historia de Sevilla se remonta a los primeros pobladores amazónicos – los pueblos Siona‑Secoya y Cofán, pertenecientes al tronco lingüístico tucano – que ocuparon estas selvas con asentamientos de baja densidad mucho antes de la llegada de los colonos. A partir de 1957, la creación del Instituto Nacional de Colonización y, luego, la Reforma Agraria de 1964 impulsaron un fuerte proceso migratorio: familias provenientes de los valles de Quijos, Archidona, Tena y de las provincias andinas de Loja, Bolívar, El Oro, Los Ríos, Chimborazo, Carchi y Pichincha se asentaron aquí atraídas por la apertura de carreteras y la actividad petrolera – entre ellas la construcción del oleoducto SOTE en la década de 1970.

Primeros pobladores

El primer núcleo poblado surgió a orillas del río Cascales (entonces río Guamayacu) en 1970, cuando colonos que llegaban por vía aérea desde Shell (Pastaza) levantaron campamentos para las compañías petroleras. Aquella incipiente comunidad se conoció como Las Palmas, nombre que gestionó el sacerdote español Francisco García. Tras su fallecimiento, los habitantes adoptaron la denominación Sevilla, en homenaje a la ciudad natal del religioso.
El crecimiento continuó con la organización de precooperativas agrícolas que, ante el Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC), regularizaron las tierras. Este mosaico de orígenes forjó la identidad multicultural que caracteriza hoy a Sevilla, donde conviven tradiciones andinas y amazónicas junto con la cosmovisión kichwa de la comunidad Allishunku.
La parroquia fue reconocida oficialmente el 30 de julio de 1991, fecha que marca el inicio de su vida administrativa dentro del cantón Cascales, provincia de Sucumbíos. Desde entonces, Sevilla ha consolidado diez recintos y una comunidad indígena, sosteniendo una economía basada en la agricultura, la ganadería y, más recientemente, el turismo comunitario.